Confederación y Junta tienen paralizado el proyecto turístico y medioambiental de un grupo de empresarios del CEL.
Uno de los principales recursos naturales de la provincia, sus ríos y la pesca de la trucha, guarda un potencial que ha perdido atractivo en los últimos años, pero que puede ser muy rentable.
La Universidad ha realizado ya los estudios para la repoblación de las cabeceras de los ríos.
Ocho zonas privilegiadas para pescadores que llegan de todo el mundo.

«Cuando empezamos la tramitación de este proyecto, hace ahora tres años, explicamos que no buscábamos subvenciones públicas, que sólo pedíamos a las administraciones que no pusieran trabas que retrasaran la ejecución». Domingo Fuertes, presidente del Círculo Empresarial Leonés (CEL), se lamenta de que después de todo este tiempo los promotores de una de las iniciativas que consideran más atractivas para el desarrollo de la zona rural leonesa con más dificultades no haya encontrado sino puertas cerradas en los despachos. Ni la Confederación Hidrográfica del Duero ni la Consejería de Medio Ambiente han atendido la petición de un grupo de empresarios que han creado una sociedad conjunta con la intención de invertir alrededor de 30 millones de euros en el proyecto.

La iniciativa consiste en recuperar las zonas trucheras de muchos de los ríos de la provincia (la mayoría de ellas cabeceras de ríos, de momento ocho ya comprometidas) para organizar un programa de turismo rural de calidad en torno a la pesca. Un turismo que en otros países (especialmente en Centroeuropa y en Latinoamérica y Canadá) está cogiendo cada vez más auge, tiene a un numerosísimo grupo de seguidores fieles y supone no sólo una importante fuente de ingresos sino una garantía para el mantenimiento biológico de las zonas donde se actúa.

Colaboración con la Universidad

De hecho, el proyecto que se ha gestado en el CEL cuenta desde el principio con la colaboración de la Universidad de León, que ya ha realizado los estudios sobre la recuperación medioambiental, la repoblación con truchas autóctonas y la explotación sostenible de los ríos escogidos para este proyecto. Informes que no han parecido convencer a las autoridades administrativas, en el caso de que los hayan estudiado. «Con la anterior dirección de la Confederación Hidrográfica del Duero no pudimos ni hablar, ahora el nuevo director, Gato, se ha mostrado dispuesto a recibirnos en breve. En cuanto a la Consejería de Medio Ambiente, ni siquiera hemos logrado en todo este tiempo que nos reciba», lamenta Fuertes.

El presidente de la organización patronal asegura que los objetivos de este proyecto van más allá de lo meramente empresarial. «Por supuesto que queremos ganar dinero, pero este proyecto permitiría también fijar población en zonas de montaña donde es difícil que se consoliden otras iniciativas económicas. Y además los ríos volverían a ser lo que fueron, y no las cloacas que son ahora en muchos casos».

Recuperar el brillante pasado de historia truchera en los ríos leoneses parece de momento una operación complicada. Un hecho lamentable si se tiene en cuenta que existen informes medioambientales avalados por la Universidad que garantizan la idoneidad de esta actividad, y empresarios dispuestos a arriesgar su dinero para poner en marcha la iniciativa. De momento son las trabas administrativas, tal y como temieron en su momento los promotores, las que impiden la puesta en práctica de una solución que podría aliviar la situación de algunas de las comarcas con más problemas de dinamización económica de la provincia.

Una marca que ya tiene prestigio

La pesca en los ríos leoneses y la calidad de sus truchas fue durante años uno de los grandes atractivos naturales de la provincia. La Semana de la Trucha llegó a congregar un número más que destacado de aficionados, pescadores que conformaban un núcleo de turismo rural de calidad que hoy ha perdido buena parte de su fuerza. Pero la pesca de León es una «marca» que sigue manteniendo su prestigio, y ese es un tesoro que conviene aprovechar, nunca desperdiciarlo. Lo más difícil, crear la marca de calidad, puede que ya esté hecho.

Pero el proyecto que tratan de impulsar varios empresarios locales tiene un alcance mucho mayor. Supondría una apuesta firme por el desarrollo rural, por el tan cacareado aprovechamiento de los recursos naturales existentes, por el fomento del turismo de interior, rural y de calidad. Y además supondría un incentivo para las iniciativas empresariales en zonas de la provincia donde la dinamización económica de otra forma se plantea realmente complicada.

La forma de administrar los recursos naturales de los que se dispone parece ser ahora el caballo de batalla. Junta y Confederación comparten competencias en la gestión de los ríos, y su resistencia a abrir la entrada a la iniciativa privada no parece lógica cuando ésta viene de la mano de los investigadores de la Universidad. Y sobre todo cuando la gestión de los ríos es una asignatura pendiente permanente para los poderes públicos.

Los ayuntamientos, los más interesados en que la iniciativa sea algo más que un proyecto económico, han dado ya su visto bueno. Esta oportunidad no puede quedar en los cajones de ningún despacho.

«El proyecto ofrece tramos de diez kilómetros de ríos puros, en los que además se cuida la biodiversidad» DOMINGO FUERTES BÉCARES, presidente del Círculo Empresarial Leonés

Ocho zonas privilegiadas para pescadores que llegan de todo el mundo

CEL Inversión ha mantenido ya varios contactos con los ayuntamientos de ocho zonas trucheras de la provincia, seleccionadas como las más idóneas por sus valores ecológicos y también por su capacidad de repoblación truchera, según los estudios realizados por la Universidad de León.

La provincia cuenta con 17.000 kilómetros de ríos, con una larga tradición en la pesca, especialmente de trucha. Hasta ahora los empresarios han seleccionado las zonas del alto Curueño, el medio Curueño, Gradefes, Cabrera, Truchas, Valencia de don Juan (para la pesca del lucio), Cármenes y Cistierna.

En opinión de los empresarios, el desinterés de la administración pública se entiende aún menos si se tiene en cuenta que la actividad propuesta supondría la recuperación de la población de truchas autóctonas («la repoblación se hará sobre todo en las cabeceras de los ríos, pero alguna bajará», explican); la vigilancia y limpieza permanente de los ríos y de la calidad del agua, la fijación de la población, el desarrollo económico,... «El proyecto permitiría trabajar a familias enteras, como guardas, en las casas rurales de limpiadores, cocineros,...», explican los promotores de la iniciativa.

Captura sin muerte

En la mayor parte de los casos la pesca se realiza en la modalidad de captura sin muerte, y todas las actividades que se realizan para que los grupos de pescadores reserven sus paquetes «son actividades beneficiosas para el río, porque lo más importante es conservar en las mejores condiciones posibles el ecosistema».

Los empresarios implicados en esta iniciativa destacan que la puesta en marcha sería «inmediata», y que la rentabilidad económica sería también rápida. De hecho, el turismo de este tipo en todo el mundo está muy organizado, y los pescadores de élite cuentan con redes que contactan y organizan viajes a las zonas más privilegiadas para los distintos tipos de pesca en cada país.

El proyecto del CEL para la explotación de los ríos trucheros traería a León un turismo de calidad procedente de todo el mundo.

Once empresarios abiertos a nuevas colaboraciones

La sociedad creada en el seno del Círculo Empresarial Leonés para promover el proyecto turístico en los ríos trucheros se denomina CEL Inversión, y está previsto que en el futuro alumbre nuevas iniciativas empresariales encaminadas a dinamizar el tejido económico de la provincia. En un primer momento el proyecto truchero estuvo impulsado por tres miembros de la organización empresarial, y ahora son ya once los que han aportado su participación; aunque según Domingo Fuertes la iniciativa se encuentra abierta a colaboraciones por parte de los socios de la patronal.

La inversión prevista inicialmente parar este proyecto es de 30 millones de euros, incluyendo la recuperación y repoblación de los tramos de los ríos que entrarían en la oferta de esta empresa, el equipamiento para realizar la pesca y los establecimientos de turismo rural que sería necesario construir.

CEL Inversión considera que en un primer momento sería necesario disponer de unas 70 plazas hoteleras, aunque los estudios realizados indican que a partir del segundo año la ocupación (que se produce fundamentalmente de marzo a septiembre) repercutiría también en los establecimientos ya existentes en las zonas trucheras. Los establecimientos serían independientes, no una cadena, y guardarían unos mínimos de calidad